Arte para alimentar el corazón

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martes, 17 de febrero de 2009

La Sombra de Spermman…


Este es un fragmento de “Diablita de Amor contra un hombre sentado “de Gabriel García Márquez quien, junto a Woody Allen, es uno de los mejores conocedores del alma femenina.

“…. De manera que llegado el día no ha de faltar un hombre que me ame de sobra para despertarme de amor cuando me haga la dormida, para que tumbe la puerta del baño cuando lo este haciendo esperar demasiado, para que no le asuste ser vampiro en una que otra luna y que sea capaz de hacerlo como sea y donde sea, y no solamente en la cama como los muertos.
Que este preparado para recibir la inspiración del Espíritu Santo en mitad del almuerzo y que yo se lo vea en el fulgor de sus ojos… y que tapemos los platos para que no se nos enfríe la comida mientras vamos al cuarto y volvemos.
Un hombre que no deje de hacerlo conmigo porque se imagina que no quiero, sino que me obligue a querer hacerlo, aunque yo no quiera, a todas horas, y en cualquier lugar, como sea y por donde sea, en la playa, en el ascensor, debajo de un puente, en el baño de un avión mientras el mundo duerme en medio del Atlántico, y que aun en los finales mas ciegos, sepa siempre que soy yo la que esta con él, y que soy yo y no otra la que fue mandada a hacer a su medida, para hacerlo feliz, y ser feliz con él hasta la puta muerte.”


La sombra de nuestra fantasía nos persigue, nos desconecta de la realidad, y así acumulamos mas polvo de frustración, bajo la alfombra de nuestra imaginaciòn.


domingo, 15 de febrero de 2009

El Retorno al Manantial de la Feminidad


Los manantiales y las fuentes forman parte de las imágenes básicas de nuestra cultura. Para la religión antigua eran lugares de encuentro con las fuerzas divinas. Se peregrinaba hacia ellos para obtener bendiciones y sabiduría.

Descubrí, en mi incansable búsqueda, que uno de los lugares inesperados desde donde fluye este rico manantial es nuestra propia sombra, esa tierra de nadie donde descartamos todos los rasgos nuestros que ocultamos, como polvo que inconcientemente barremos bajo la alfombra. Aceptar y honrar nuestra sombra es una maravillosa práctica espiritual. Es un acto sagrado integrador y el mayor desafío de nuestra vida.

Como mujer comprendí, en un momento de… “¡Basta!”, que debía romper con los viejos moldes y limitaciones y atravesar la noche oscura del alma, con conciencia.

Muchas mujeres que crecimos bajo las ideas rígidas de lo bueno y lo malo, del pecado y la virtud, de lo aceptable y lo no aceptable. Crecimos sabiendo que portamos el ADN de una Eva que tentó a Adán, y por su culpa fueron expulsados del Paraíso, y condenados a parir con dolor y a ganarse el pan con el sudor de su frente. Con el avance de las religiones patriarcales, judeo-cristianas y musulmanas, la Gran Diosa quedo sepultada en los escombros de los templos paganos, pero su sombra sigue viva en el inconciente colectivo. El cristianismo nos presenta dos figuras paradójicas: una Virgen Maria, inmaculada, y una Maria Magdalena, prostituta arrepentida. El poder del mito es enorme y nuestros condicionamientos culturales nos impiden experimentar la belleza y la divinidad de la Venus que yace en nuestro interior. Una Venus que integra todo: madre creadora, musa inspiradora, amante y amada.

El amor no nace al tratar de solucionar nuestra vida dependiendo de otro. La eterna ilusión que en algún lugar del planeta nos espera un alma gemela que va a satisfacer todas nuestras necesidades y colmar todos nuestros sueños es solo una fantasía perpetuada por poetas y trovadores… Nadie tiene la obligación de traerte tu felicidad en bandeja.

Solo buscando la verdad en nuestros corazones podemos experimentar las cosas tal como son realmente, observando el viaje de nuestra existencia desde una perspectiva más amplia podemos recuperar los trozos dispersos del alma. Solo integrando la “Sombra de Venus” a la Luz de nuestra Conciencia podremos beber y disfrutar del agua mágica de la autoestima, el amor incondicional, la vida, la inspiración, y el placer.