Este es un fragmento de “Diablita de Amor contra un hombre sentado “de Gabriel García Márquez quien, junto a Woody Allen, es uno de los mejores conocedores del alma femenina.
“…. De manera que llegado el día no ha de faltar un hombre que me ame de sobra para despertarme de amor cuando me haga la dormida, para que tumbe la puerta del baño cuando lo este haciendo esperar demasiado, para que no le asuste ser vampiro en una que otra luna y que sea capaz de hacerlo como sea y donde sea, y no solamente en la cama como los muertos.
Que este preparado para recibir la inspiración del Espíritu Santo en mitad del almuerzo y que yo se lo vea en el fulgor de sus ojos… y que tapemos los platos para que no se nos enfríe la comida mientras vamos al cuarto y volvemos.
Un hombre que no deje de hacerlo conmigo porque se imagina que no quiero, sino que me obligue a querer hacerlo, aunque yo no quiera, a todas horas, y en cualquier lugar, como sea y por donde sea, en la playa, en el ascensor, debajo de un puente, en el baño de un avión mientras el mundo duerme en medio del Atlántico, y que aun en los finales mas ciegos, sepa siempre que soy yo la que esta con él, y que soy yo y no otra la que fue mandada a hacer a su medida, para hacerlo feliz, y ser feliz con él hasta la puta muerte.”
“…. De manera que llegado el día no ha de faltar un hombre que me ame de sobra para despertarme de amor cuando me haga la dormida, para que tumbe la puerta del baño cuando lo este haciendo esperar demasiado, para que no le asuste ser vampiro en una que otra luna y que sea capaz de hacerlo como sea y donde sea, y no solamente en la cama como los muertos.
Que este preparado para recibir la inspiración del Espíritu Santo en mitad del almuerzo y que yo se lo vea en el fulgor de sus ojos… y que tapemos los platos para que no se nos enfríe la comida mientras vamos al cuarto y volvemos.
Un hombre que no deje de hacerlo conmigo porque se imagina que no quiero, sino que me obligue a querer hacerlo, aunque yo no quiera, a todas horas, y en cualquier lugar, como sea y por donde sea, en la playa, en el ascensor, debajo de un puente, en el baño de un avión mientras el mundo duerme en medio del Atlántico, y que aun en los finales mas ciegos, sepa siempre que soy yo la que esta con él, y que soy yo y no otra la que fue mandada a hacer a su medida, para hacerlo feliz, y ser feliz con él hasta la puta muerte.”
La sombra de nuestra fantasía nos persigue, nos desconecta de la realidad, y así acumulamos mas polvo de frustración, bajo la alfombra de nuestra imaginaciòn.