Arte para alimentar el corazón

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lunes, 8 de marzo de 2010

El Retorno al Manantial de la Feminidad- Recordando la primer nota del blog en el Día de la Mujer.

Los manantiales y las fuentes forman parte de las imágenes básicas de nuestra cultura. Para la religión antigua eran lugares de encuentro con las fuerzas divinas. Se peregrinaba hacia ellos para obtener bendiciones y sabiduría.


Descubrí, en mi incansable búsqueda, que uno de los lugares inesperados desde donde fluye este rico manantial es nuestra propia sombra, esa tierra de nadie donde descartamos todos los rasgos nuestros que ocultamos, como polvo que inconcientemente barremos bajo la alfombra. Aceptar y honrar nuestra sombra es una maravillosa práctica espiritual. Es un acto sagrado integrador y el mayor desafío de nuestra vida.

Como mujer comprendí, en un momento de… “¡Basta!”, que debía romper con los viejos moldes y limitaciones y atravesar la noche oscura del alma, con conciencia.

Muchas mujeres que crecimos bajo las ideas rígidas de lo bueno y lo malo, del pecado y la virtud, de lo aceptable y lo no aceptable. Crecimos sabiendo que portamos el ADN de una Eva que tentó a Adán, y por su culpa fueron expulsados del Paraíso, y condenados a parir con dolor y a ganarse el pan con el sudor de su frente. Con el avance de las religiones patriarcales, judeo-cristianas y musulmanas, la Gran Diosa quedo sepultada en los escombros de los templos paganos, pero su sombra sigue viva en el inconciente colectivo. El cristianismo nos presenta dos figuras paradójicas: una Virgen Maria, inmaculada, y una Maria Magdalena, prostituta arrepentida. El poder del mito es enorme y nuestros condicionamientos culturales nos impiden experimentar la belleza y la divinidad de la Venus que yace en nuestro interior. Una Venus que integra todo: madre creadora, musa inspiradora, amante y amada.

El amor no nace al tratar de solucionar nuestra vida dependiendo de otro. La eterna ilusión que en algún lugar del planeta nos espera un alma gemela que va a satisfacer todas nuestras necesidades y colmar todos nuestros sueños es solo una fantasía perpetuada por poetas y trovadores… Nadie tiene la obligación de traerte tu felicidad en bandeja.


Solo buscando la verdad en nuestros corazones podemos experimentar las cosas tal como son realmente, observando el viaje de nuestra existencia desde una perspectiva más amplia podemos recuperar los trozos dispersos del alma. Solo integrando la “Sombra de Venus” a la Luz de nuestra Conciencia podremos beber y disfrutar del agua mágica de la autoestima, el amor incondicional, la vida, la inspiración, y el placer.

María Giacobone Carballo.